Los equipos de TI y seguridad siempre han tenido bastante confianza en la capacidad de las unidades en la nube para resistir al «ransomware». Con la función de autoguardado, control de versiones y la papelera es fácil obtener copias de seguridad de los archivos. En Rogarnfels hemos demostrado que los ciberdelincuentes pueden apuntar hacia los datos en «cloud« de las organizaciones y lanzar ataques contra dicha infraestructura. Según esta nueva investigación, una funcionalidad potencialmente peligrosa de Office 365 o Microsoft 365 permitiría al ransomware cifrar archivos almacenados en SharePoint y OneDrive.
Para ello, los atacantes deciden comprometer directamente las credenciales de los usuarios a través de «phishing» por correo electrónico o ataques de fuerza bruta; aplicaciones OAuth de terceros o secuestros de sesiones web.
Una vez conseguido, el atacante puede coger cualquier archivo, reducir el límite de versiones del mismo a uno, si es posible, y cifrar el archivo más veces que ese límite de versiones, por ejemplo, dos veces según este caso. Este es un paso único que distingue los ataques de «ransomware» en cloud de los que se producen en «endpoints». Así se pierden todas las versiones originales de los archivos, es decir, las anteriores al atacante, quedando solo las cifradas. Es en este punto cuando el ciberdelincuente pediría el pago de un rescate a la organización afectada.
En España, precisamente, el ransomware (32%) y el compromiso de cuentas en la nube (31%) son dos de las principales amenazas que se dirigen a las organizaciones, de acuerdo a una encuesta anual a CISOs de Proofpoint. Para proteger a las empresas, la compañía de ciberseguridad incide en que muchas de las recomendaciones generales en cuanto a «ransomware» deben aplicarse también en entornos cloud.
En primer lugar, se aconseja activar la detección de cambios de configuración en archivos peligrosos. Si bien esta configuración es algo que el usuario puede cambiar accidentalmente, no pasa menudo. Otro aspecto importante es mejorar la seguridad en torno al «ransomware», identificado a las personas más atacadas dentro de la empresa , implantando una política de gestión de accesos y de recuperación de desastres sólida, seguridad en la nube y prevención de pérdida de datos.
Por último, dentro del apartado de respuesta e investigación, habría que aumentar versiones restaurables de documentos en las configuraciones de M365 y O365, identificar alertas anteriores de compromisos de cuentas o cambios en la configuración, buscar actividad sospechosa de terceros o de usuarios con patrones de comportamiento alejados de las políticas establecidas, sin olvidar incrementar la formación en seguridad y concienciación sobre amenazas entre empleados.