La ciberdelincuencia es una máquina bien engrasada que mueve miles de millones de dólares al año. En los mercados de la dark web, ocultos a las fuerzas del orden y a la mayoría de los consumidores, los ciberdelincuentes compran y venden enormes cantidades de datos robados, así como las herramientas de piratería informática necesarias para obtenerlos. Por ejemplo, se cree que hay 24.000 millones de nombres de usuario y contraseñas obtenidos ilegalmente que circulan por estos sitios. Uno de los datos más codiciados es el de las tarjetas de crédito, que los delincuentes compran al por mayor para cometer posteriores fraudes de identidad.
En los países que han implantado sistemas de chip y PIN (EMV), es difícil convertir estos datos en tarjetas clonadas. Por ello, lo más habitual es que se utilicen online en ataques de tarjeta no presencial (CNP).
La magnitud del mercado de estas tarjetas es difícil de calcular. Sin embargo, los administradores del mayor mercado clandestino del mundo se han retirado recientemente después de haber ganado unos 358 millones de dólares.
- Phishing: El phishing es una de las técnicas más populares de los ciberdelincuentes para robar datos.
- Malware: El subsuelo de la ciberdelincuencia es un enorme mercado, no sólo de datos, sino también de programas maliciosos. A lo largo de los años se han diseñado diferentes tipos de códigos maliciosos para robar información.
- Skimming digital: A veces, los ciberdelincuentes también instalan programas maliciosos en las páginas de pago de las webs de comercio electrónico.
- Filtraciones de datos: A veces, los datos de las tarjetas son robados directamente de las empresas con las que haces negocios.
- Wi-Fi público: Pueden utilizar este acceso para espiar tus datos mientras los introduces.
